Episodio Provoste, una oportunidad...

Sin duda el episodio Provoste puede ser mirado desde ópticas distintas, si se mira desde la vereda oficialista se ve una derrota absurda y una advertencia, seria por cierto, de que el Parlamento se está aburriendo de ser solo la comparsa que necesita el Ejecutivo para mostrar una presunta democracia.

Desde la otra senda, la visión no puede ser la de una victoria, porque nadie pretende desestabilizar a la administración, pero sí se ve una señal clara para los corruptos de que se “acabó” la fiesta, pero es además una notificación de que el país quiere que paguen las jefaturas y no los ratones.

Creemos que como todas las cosas malas, ésta difícil situación para la administración se puede transformar fácilmente en una oportunidad para demostrar que desde el Ejecutivo se cambiará el “switch” y se comenzará “con celo” a cautelar los intereses fiscales, los dineros del pueblo.

Hasta ahora la política ha presentado características muy curiosas, un gobierno sin oposición que descalifica permanentemente a sus adversarios tildándolos de obstruccionistas, mientras los “otros” achanchados simplemente no hacían nada por provocar el necesario cambio.

Creemos que es hora de la verdadera confrontación de las ideas, ante el pueblo, con el compromiso de cumplir con los proyectos ofrecidos y la obligación de legislar sancionando a aquellos que prometan y no cumplan. La demagogia debe ser desterrada de este país.

Los países que tratan de vivir sin valores terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.

Necesitamos más personas como Jaime Guzmán

Necesitamos más personas como Jaime Guzmán
Jaime Bellolio

Este año se cumplen diecisiete desde que Jaime Guzmán fuese cobardemente asesinado; yo no lo conocí y apenas tenía diez años cuando esto pasó. ¿Tendría, entonces, algún sentido para alguien de mi generación preocuparse por lo que pudo haber dicho alguien “tan añejo” (como sostienen los supuestos progresistas)? ¿Es que acaso los grandes hombres están pasados de moda y ya no hacen falta?

La situación que está viviendo el país —y en particular la política— hace que hoy más que nunca sea vigente su testimonio. En mi opinión, por dos razones fundamentales.

La primera es la constante preocupación que tuvo por promover, alentar e involucrar a miles de jóvenes en el servicio público. Ello hace posible conservar, casi invariablemente, los pilares de una organización y, además, permite tener una especie de seguro para la sociedad, garantizando que quienes lleguen a los lugares de poder no se aferrarán a ellos como su tesoro más preciado, sino que lo verán como un medio pasajero e importantísimo para lograr el bien común. En definitiva, quien decida dedicar su vida al servicio público, siempre lo hará pensando en el bien que ello le reporta a la sociedad y no en su bienestar personal.

La segunda es la disposición permanente a no abdicar en los principios y valores, incluso cuando fuera lo más conveniente en alguna situación en particular o para resolver algún problema. De lo contrario, se cumpliría el famoso dicho: “quien no vive como piensa, termina pensando como vive”.

Hay quienes sostienen que hoy los jóvenes no están preocupados del servicio público o de la política, porque se habrían acabado los grandes sueños o los grandes conflictos. Sin embargo, creo que esta apatía y desencanto existe por la falta de líderes a las cuales admirar.

Hoy más que nunca necesitamos servidores públicos de excelencia, dispuestos a trabajar sin descanso por los demás. En tiempos donde situaciones de corrupción, ineficacia, desórdenes y mal uso de fondos públicos ya no sorprenden a nadie, no se requiere más de lo mismo, se necesitan cambios profundos. Como decía Albert Einstein, la locura humana más grande consiste en seguir haciendo lo mismo y esperar resultados distintos.

Y la paradoja es que para cambiar se necesitan algunas cosas del pasado, volver a las raíces, sin perder la modernidad. En fin, necesitamos más personas como Jaime Guzmán.


Los países que tratan de vivir sin valores terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.

Lo que Jaime diría.....

(Gonzalo Rojas, Abogado, Periodista y profesor Universitario, con un grupo de jovenes de la Quinta Región, de Quillota, es un gran seguidor, admirador y estudioso de la vida y mensaje de Jaime Guzmán Errazuriz)

Lo que Jaime diría
Gonzalo Rojas Sánchez

Entre fuertes signos de exclamación, este domingo el periódico gubernamental acompañaba en portada una foto de Jaime Guzmán con la expresión ¡Qué diría Jaime!

Buena portada, buena exclamación que hay que tratar de contestar como si fuese una pregunta formulada a quienes en los últimos días se han tomado la cabeza a dos manos por esa misma inquietud.

En los escritos de Jaime Guzmán, de cuyo alevoso asesinato se han conmemorado este 1º de abril ya 17 años, sin que aún se condene a sus autores, habría material suficiente para una respuesta contundente. Pero en los encuentros personales hay mucho material también.

Se perdía una elección en un centro de alumnos; se la perdía por un voto de diferencia dentro de más de 800 emitidos. Al acudir adonde Jaime a contarle el triste resultado, después de oír con paciencia, exclamó sin vacilación: "Una elección no se pierde así como así por un voto; hay que hacer un nuevo recuento. Y ustedes, por lo tanto, ¿qué hacen aquí? Es en el lugar de votación donde debieran estar." Jaime diría hoy, que mientras más duras las circunstancias, más hay que estar justamente ahí, donde todo se decide, que a nadie le corresponde abandonar por desánimo o tristeza el proyecto iniciado hace ya 42 años.

Transcurría en un departamento una reunión; Guzmán, muy lejos de ahí, necesitaba hablar con uno de los presentes; hizo 4 ó 5 gestiones hasta dar con el teléfono del lugar e interrumpió la reunión. "Perdona, necesito que me confirmes que esta frase que te leo y que va en la Declaración de Principios, está bien planteadas" Guzmán diría hoy que con los
principios se ha jugado mucho, que no han faltado quienes han hecho de la confusión su propio estilo, pero que ya basta de caos conceptual.

Terminaba una ardua campaña casa a casa.

Después de agradecer la colaboración de todos los que por semanas habían pateado mil calles de la ciudad, Jaime manifestó con firmeza: "Pero les quiero pedir que con tal persona, nunca más se vuelva a trabajar; se los pido absolutamente."

Con pena, pero con fortaleza, seguro que Jaime diría hoy que con tales o cuales personas nunca más se vuelva a trabajar; que mientras haya alguien que les quiera dar una oportunidad más, para su proyecto habrá una oportunidad menos.

Se veía conveniente presentar una solicitud de inconstitucionalidad y Guzmán buscaba personas para que lo ayudaran en la redacción. Uno tras otro los posibles colaboradores se negaron. No pudo evitar Jaime, entonces, un comentario apenado. "Una vez más, me dejan solo" Y sobre este punto, ¿qué diría Guzmán hoy?

Los países que tratan de vivir sin valores

terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.

VivaChile.....

Los países que tratan de vivir sin valores terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.

VivaChile

Aunque no sea septiembre, el grito de
VivaChile parece más necesario que nunca hoy, en
pleno marzo, cuando unos buenos se pelean con
otros buenos, y en paralelo, unos malos se van a
lanzar a combatir el sábado próximo en el nombre
de los jóvenes; y entre medio, una masa de
mediocres se esfuerza por conservar, a cómo dé
lugar, el poder que han ostentado por casi 20
años, apanicados del inminente final de sus
privilegios y pitutos.
Cuando queda claro que los buenos no lo
son, que los malos sí lo son, y que los mediocres
abundan, al chileno normal se le ahoga el
VivaChile, a no ser que lo lubrique con mostos.
Pero en ese caso, el grito patriótico no vale,
porque ya no es fruto de la convicción, sino de
la tristeza.
En medio del triste Chile que nos rodea,
unos pocos ciudadanos normales, de a pie, se
animaron hace ya 10 meses a desarrollar
VivaChile.org, una página en la que se hiciera la
defensa sin claudicaciones de la dignidad de la
persona humana. Llevan, por lo tanto, unas 35
ediciones -porque la página se actualiza
semanalmente- y están muy contentos del
resultado. Influyen un poco más cada día y están
convencidos de que logran, uno a uno, conquistar
corazones, según el viejo anhelo de Jaime Guzmán
a quien recuerdan con especial afecto y gratitud.
Esta semana, los de VivaChile saldrán a
la calle. En 14 ciudades del país, sus
voluntarios van a difundir volantes y afiches
para dar a conocer la página, para animar a
tantos compatriotas sin horizonte, para ofrecer
un espacio de esperanza a todos los
desilusionados con el marketing político y con la
componenda semántica.
Efectivamente, en VivaChile.org del
jueves 27 se podrá leer a José Antonio Kast
contestando sobre el porqué del desgobierno
actual, a Benjamín Correa dando las razones de la
corrupción, a Valeria Cifuentes explicando qué
diversidades valen y cuáles no, a Manfred
Svensson precisando el supuesto derecho a
equivocarse, a María de los Angeles Fernández
recordando que los jóvenes no son hormonas en dos
patas, a los hermanos Widow, José Luis y Felipe,
haciéndose cargo de la familia y la educación y,
para cerrar, a Alvaro Ferrer distinguiendo entre
amor y sentimientos.
¿Los conoce? ¿Salen en la tele? ¿Unos más
y otros nada? Eso es lo bueno: que los conocidos
valen por su trayectoria de excelencia y que los
nombre nuevos tienen la frescura de lo
incontaminado.
VivaChile.org, una colaboración sana para
que buenos, malos y mediocres sepan que el
terreno no es sólo de los rostros oficiales ni de
los encapuchados.

Gonzalo Rojas Sánchez

Nota de la Redacción:

Porque vale la pena darse una vuelta por esos lados, aqui va la dirección

http://www.vivachile.org/

17 años de un crimen brutal, un intento por matar a la razón y a los valores..

17 años de un crimen brutal, un intento por matar a la razón y a los valores..

Hace 17 años fue asesinado el Senador Jaime Guzmán Errázuriz por una pandilla terrorista que hasta hacía poco tiempo había actuado “asociada” con aquellos que asumieron el poder cuando la Democracia fue restaurada por los Militares.

Sus funerales fueron apoteósicos, centenares de miles de personas se volcaron a las calles a despedir a este hombre bueno, de inteligencia privilegiada, de un inmenso valor y una inquebrantable fe en Dios.

El odio, mas bien el temor a la claridad con que veía los sucesos del país, signaron su condena a muerte a manos de esos “demócratas” que simplemente asesinan a quienes ven las cosas de distinta manera.

Con Jaime Guzmán dejó nuestra política un gran tribuno, un hombre ejemplar, un cristiano de lujo, un ciudadano que valorizaba una actividad a la que la mediocridad tiene en tan baja estima popular.

Jaime Guzmán E. fue un ejemplo de vida, entregada a los valores eternos que nos dejó Jesucristo, pero a la vez fue un ejemplo de sacrificio, entregando sus conocimientos en defensa de nuestras libertades y del futuro Patrio.

El Partido que el fundó, la Unión Demócrata Independiente, se ve en estos momentos estremecido por algunos casos de presunta corrupción, que esperamos la directiva corte de raíz, como lo hubiera hecho Jaime Guzmán.

Guzmán nos guió por una camino valórico que excluía la amoralidad de pensar que “el fin justifica los medios”, lo que hace mas grave la situación de la UDI y obliga a medidas ejemplarizadoras de sanción.

La memoria de Jaime Guzmán Errázuriz no puede ser empañada por las actividades de un pequeño grupo corrupto, que como es corriente, se ha enquistado en el partido más importante del país.

Jaime Guzmán Errázuriz no merece seguir siendo “apuñalado”, después de muerto, por algunos, muy pocos, que sin entender su mensaje solo tratan de lucrar personalmente utilizando su señera creación política.

Con Jaime Guzmán se podría estar en desacuerdo, como el caso nuestro, o de acuerdo, tenía legiones de seguidores, pero nadie tiene derecho a dudar de la inmensa estela de valores y justicia que dejó en su paso por este mundo.

Encomendamos a Guzmán en nuestras oraciones, aunque pensamos que no las necesita, pero sí le rogamos a él que interceda ante el Altísimo por el futuro de nuestra Patria y por el destino de nuestro pueblo.

Nota de la Redacción:
Hemos utilizado letras verdes por aquello de "verde esperanza" en el sueño de ver un Chile mejor y la recuperación de los valores.

Los países que tratan de vivir sin valores terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.