Lo que Jaime diría
Gonzalo Rojas Sánchez
Entre fuertes signos de exclamación, este domingo el periódico gubernamental acompañaba en portada una foto de Jaime Guzmán con la expresión ¡Qué diría Jaime!
Buena portada, buena exclamación que hay que tratar de contestar como si fuese una pregunta formulada a quienes en los últimos días se han tomado la cabeza a dos manos por esa misma inquietud.
En los escritos de Jaime Guzmán, de cuyo alevoso asesinato se han conmemorado este 1º de abril ya 17 años, sin que aún se condene a sus autores, habría material suficiente para una respuesta contundente. Pero en los encuentros personales hay mucho material también.
Se perdía una elección en un centro de alumnos; se la perdía por un voto de diferencia dentro de más de 800 emitidos. Al acudir adonde Jaime a contarle el triste resultado, después de oír con paciencia, exclamó sin vacilación: "Una elección no se pierde así como así por un voto; hay que hacer un nuevo recuento. Y ustedes, por lo tanto, ¿qué hacen aquí? Es en el lugar de votación donde debieran estar." Jaime diría hoy, que mientras más duras las circunstancias, más hay que estar justamente ahí, donde todo se decide, que a nadie le corresponde abandonar por desánimo o tristeza el proyecto iniciado hace ya 42 años.
Transcurría en un departamento una reunión; Guzmán, muy lejos de ahí, necesitaba hablar con uno de los presentes; hizo 4 ó 5 gestiones hasta dar con el teléfono del lugar e interrumpió la reunión. "Perdona, necesito que me confirmes que esta frase que te leo y que va en la Declaración de Principios, está bien planteadas" Guzmán diría hoy que con los
principios se ha jugado mucho, que no han faltado quienes han hecho de la confusión su propio estilo, pero que ya basta de caos conceptual.
Terminaba una ardua campaña casa a casa.
Después de agradecer la colaboración de todos los que por semanas habían pateado mil calles de la ciudad, Jaime manifestó con firmeza: "Pero les quiero pedir que con tal persona, nunca más se vuelva a trabajar; se los pido absolutamente."
Con pena, pero con fortaleza, seguro que Jaime diría hoy que con tales o cuales personas nunca más se vuelva a trabajar; que mientras haya alguien que les quiera dar una oportunidad más, para su proyecto habrá una oportunidad menos.
Se veía conveniente presentar una solicitud de inconstitucionalidad y Guzmán buscaba personas para que lo ayudaran en la redacción. Uno tras otro los posibles colaboradores se negaron. No pudo evitar Jaime, entonces, un comentario apenado. "Una vez más, me dejan solo" Y sobre este punto, ¿qué diría Guzmán hoy?
Los países que tratan de vivir sin valores
terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.
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