Energía, problema de hoy……Es cierto que el problema energético es mundial, pero también es cierto que todos los países han mantenido políticas claras y sostenidas en el tiempo en la búsqueda de logar una cierta independencia en un tema tan vital para el desarrollo presente y fundamental para el sustento futuro.
Nosotros hemos hecho el camino al revés, nos amarramos a una matriz energética insegura, como ha sido la del abastecimiento de gas Argentino, y nos despreocupamos de la necesidad de buscar otras alternativas, en las cuales tenemos ventajas evidentes, con una ceguera impactante.
La perdida de estos 10 años, en estas materias, es irrecuperable, pero estamos a tiempo para aceleradamente comenzar a trabajar en la producción de energías renovables, sean estas hidroeléctricas, eólicas, nucleares, foto voltaicas, biomasa, marítimas o geotérmicas.
El mundo tiene claro que los combustibles fósiles, como el petróleo, tienen los días, o más bien los años, contados, pues con el consumo creciente que hay en la actualidad su agotamiento está casi confirmado se producirá en un periodo que se acorta de manera ininterrumpida.
Consideramos que es de una inaudita irresponsabilidad seguir con la pasividad que se ha tenido en este tema, que por cierto pone en riesgo nuestro futuro, garantizándonos, solamente, que dejaremos a las generaciones venideras un hábitat insostenible y un amenazante atraso.
Es cierto que hay presiones gigantescas, sean de las monstruosas compañías petroleras, de los países que quieren evitar que existan competidores y de grupos ecológicos duros, pero también es cierto que existen formulas de explotación de estos sistemas “amigables” y absolutamente sustentables.
Nunca se debe olvidar que quienes más presionan para detener el avance tecnológico de los países subdesarrollados son aquellos que se enriquecieron depredando el mundo. Nosotros no planteamos imitarlos, al contrario, creemos que tenemos las herramientas para lograr lo mismo manteniendo nuestra bio-diversidad.
Hay otros “personajes” que defienden “su” belleza escénica, olvidando talvez voluntariamente, que además de la obligación de sostener nuestro planeta tenemos la responsabilidad de que la “gente” tenga condiciones de vida decentes y acordes con la condición humana.
Dejar para mañana estos asuntos equivale a pegarse un balazo en los pies, pues nos deja inermes frente a un mundo cada vez más globalizado y en el que por desgracia solo tienen cabida los que tienen la audacia de obtener independencia y los que tienen la fuerza necesaria para subsistir.
Los países que tratan de vivir sin valores
terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.
