Imploramos la protección del Divino y de su Madre.
Actos demoníacos.
Sin duda no so los mejores católicos aquellos que van a la Iglesia, se golpean el pecho con la piedra más grande que encuentran y a la salida siguen cometiendo los mismos actos de inequidad que siempre les han acompañado. La verdad es que estos personajes, muy parecidos a los fariseos, no son verdaderos cristianos.
Ser cristiano, como es obvio, es seguir las doctrinas y predicas de N.S. Jesucristo, ser católico, además implica aceptar una forma de análisis valórico determinada, asumir como propio el Magisterio de la Iglesia, asumir sus dogmas y someterse a las autoridades espirituales que la dirigen.
Sobre estas materias puede haber muchas visiones e interpretaciones, pero, una persona que se declara Católica, por lo tanto Apostólica y Romana, no puede tener actitudes distintas que las de obediencia, porque en el caso de hacerlo ipso facto está dejando de pertenecer al grupo referido,
Los católicos a su manera, son un grupo de gente, posiblemente muy respetable, que apartándose del actuar de la iglesia, por convicciones interiores o por convenciones sociales, no quieren apartarse de la doctrina de sus antepasados, pero, que en la realidad han abandonado tiempo atrás.
No vemos a un Católico mofándose de las enseñanzas de Cristo, o tratando de justificar anormalidades usando “torcidamente” las Escrituras, refiriéndose de manera despectiva a la Virgen María, o discutiendo temas valóricos zanjados por la Iglesia o dudando de la infalibilidad Papal en temas de fe.
No es fácil, en especial para legos como nosotros, entender que desde sectores políticos presuntamente basados en el cristianismo se fomenten luchas de clases, se incentive el divorcio, se promueva el uso de píldoras asesinas o se impulse la “animalización” del amor, son la sensorialización del mundo.
Tampoco nos resulta comprensible constatar que su política de alianzas incluye, en la búsqueda del poder por el poder, se hayan aliado con aquellos que la iglesia ha clificado como “intrínsicamente perversos” o con esos que en sus principios aseguran que la religión es el “opio” del pueblo
Es cierto que los seguidores del cristianismo estamos siempre dispuestos a perdonar a aquel que reconoce haber actuado mal y demuestra un arrepentimiento con la intención de no volver a errar, no porque seamos inconcientes, al revés, por la plena conciencia d las debilidades humanas.
El cristianismo es la antitesis de la soberbia y arrogancia, con la que actúan algunos que se tratan de aprovechar de su nombre para la obtención de ventajas personales o para conseguir poderes que difícilmente podrían conseguir por la vía del convencimiento honesto y democrático.
Usar los temas celestiales para la consecución de pedestres fines terrenales puede ser la más sofisticada acción del maligno para someternos a su imperio de la maldad, el sufrimiento y la desesperación. Aunque creamos que no existe, el demonio no demuestra a diario su inmenso poder.
Imagen: Tomada de http://chicos.divvol.org/colorear/p3/
Los países que tratan de vivir sin valores
terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.