Simplemente creemos,,,,,
Pedirle a un cerdo que se dedique a dar clases de moral es un acto de absoluta inutilidad que practican algunos miembros de nuestra sociedad, que para justificar miserias personales, incapacidades propias o defectos íntimos, son capaces de recurrir a cualesquier tipo de elucubraciones que les permitan “demostrar” que se encuentran, en lo cierto.
Solo se olvidan de algunos pequeños detalles, como que los animales no hablan ni piensan, o que los valores morales solo pueden provenir de los seres humanos con las capacidades intelectuales que Dios nos dio, la educación valórica indispensable, un ejemplo de vida para seguir, además de la enseñanza del camino trazado por los más importantes personajes de la Historia.
Poco avanzaríamos si nos se nos mostrara el Antiguo y el Nuevo Testamento, si nadie diese fe de las palabras de Buda o si nadie predicara los auténticos valores del Islamismo. Todas las religiones, haciendo abstracción de cual nos guste más, tienen una mirada valerosa sobre el mundo y un mensaje alentador para una humanidad cada día más perdida y desalentada.
Algunos tratan de matar los valores sacros, porque creen que somos el centro del mundo, que la única vida es la actual, no creen en la creación, no aceptan un ser superior a ellos mismos. Estas personas, a las que no tenemos motivos para considerar mal intencionadas, sin duda alguna pecan de una egolatría feroz, una presunción inmensa y una soberbia descomunal.
Desde nuestro modesto punto de vista las teorías de la evolución topan en un pequeño pero, que es la necesidad de que para que algo evolucione exista, y, nuestra pequeña mente no ha llegado a solucionar en problema de que la nada que existía pueda haber dado paso a algo que sea otra cosa que nada.
Dios, el Universo, el Mundo, los humanos, la moral, los valores no son palabras huecas, son solo la expresión, a lo mejor demasiado pedestre, del reconocimiento al creador, del agradecimiento por habernos dado la vida terrestre, aunque este llena de dificultades, y la gratitud por la seguridad de una vida espiritual, llena de goces y de infinitas satisfacciones.
Queremos una América morena para los latinoamericanos, un Chile para nuestros compatriotas y un continente entregado a Dios.
Los países que tratan de vivir sin valores terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.