El
Papa critica la idolatría de la riqueza ante los jóvenes católicos de Asia.
- El Papa solicitó un momento de silencio para rezar por los vecinos de Corea del Norte, "para que Dios os ayude a ser una sola familia".
- Francisco se dirigió en inglés y en italiano a los participantes, que respondieron a su tono cercano y animado con sonoras ovaciones.
El Papa
Francisco arremetió contra la "creciente desigualdad entre ricos y
pobres" y la "idolatría a la riqueza" durante la VI
Jornada de la Juventud Asiática (JJA) que se celebra en Dangjin (oeste de Corea del Sur).
"Nos
preocupa la creciente desigualdad en nuestras sociedades entre ricos y pobres.
Vemos signos de idolatría de la riqueza, del poder y del placer, obtenidos a un
precio altísimo para la vida de los hombres", aseguró Francisco durante su
discurso ante 6.000 jóvenes católicos de Asia en su
segunda jornada de visita a Corea del Sur.
Durante
el encuentro el Pontífice advirtió en inglés, tras ser recibido con muestras de
gran entusiasmo por los asistentes, que "es como si un desierto espiritual
se estuviera propagando por todas partes", lo que consideró que
"afecta también a los jóvenes, robándoles la esperanza y, en tantos casos,
incluso la vida misma".
Los
asistentes, que vestían camisetas de diferentes colores dependiendo de sus
países de origen o parroquias, desplegaron una artillería de teléfonos
inteligentes para inmortalizar con fotografías la llegada del Papa a la carpa
donde se llevó a cabo el encuentro, uno de los más importantes de la visita Papal.
La
ceremonia estuvo amenizada por actuaciones, que mezclaban lo
tradicional, el teatro musical o sonidos más contemporáneos, y las intervenciones
de tres jóvenes de Hong Kong, Camboya y Corea del Sur que preguntaron al Pontífice
sobre sus problemas e inquietudes tanto espirituales como sociales.
Francisco,
tras un rato haciendo esfuerzos leyendo en inglés su discurso, les contestó de manera
espontánea en italiano y sin papeles, y les animó a que cuando tengan
dudas, todo lo que tienen que hacer es "escuchar al Señor y pedirle que os
ayude".
Además,
el Papa solicitó un momento de silencio para rezar por los vecinos de
Corea del Norte, "para que Dios os ayude a ser una sola familia
de nuevo, sin perdedores o ganadores".
La
JJA, de cinco días de duración, tiene su sede principal en el Santuario de
Solmoe, el lugar de nacimiento del primer sacerdote coreano Andrew Kim Tae-gon,
en la citada localidad de Dangjin.
Este
encuentro es el equivalente asiático de la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ) católica y se celebró por
primera vez en 1999 en Hua Hin, Tailandia, con el objetivo de conectar a los
jóvenes católicos del continente más poblado del mundo, que cuenta con unos 137
millones de seguidores de este credo.
La
VI Jornada de la Juventud Asiática católica finalizará el domingo con una misa
de clausura ofrecida por el Pontífice en la Fortaleza de Haemieupseong, un
espacio histórico junto al Santuario de los Mártires de Haemi en la localidad
de Seosan, 150 kilómetros al suroeste de Seúl.
Horas
antes del encuentro con los jóvenes, Francisco ofreció en su segundo día en
Corea del Sur una multitudinaria misa de la Asunción de la
Virgen María en el estadio de la Copa del Mundo de la ciudad de Daejeong
(centro), a la que asistieron unas 50.000 personas.
El
viaje de cinco días del líder de la Iglesia Católica a Corea del Sur, que
alberga a 5,4 millones de fieles de esta religión, se considera histórico al
ser el primero de un Papa al país en 25 años y la primera en dos décadas a Asia Oriental.
Un ídolo que desata pasiones
"Emocionada",
"conmovido" o simplemente "sin palabras" son los adjetivos que emplean algunos
de los más de 6.000 jóvenes católicos de toda Asia que, tras décadas de espera,
han acogido hoy al Papa Francisco como su "ídolo".
Bajo
un sol abrasador en el santuario de Solmoe de Dangjin, Corea del Sur, los
jóvenes de todas las edades procedentes de 23 países recibieron con gritos,
aplausos, lágrimas e instantáneas de "smartphone" al Pontífice
argentino, que realiza una visitad de cinco días al país.
Entre
el mosaico de banderas de la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA), el lugar
de nacimiento del primer sacerdote coreano Andrew Kim Tae-gon, se encontraban
jóvenes de países donde el catolicismo es una opción casi marginal, como es el
caso de Mongolia.
"El
catolicismo llegó hace dos décadas y somos solo 900 fieles en todo el
país", asegura Battugs, de 25 años, que se convirtió a este credo hace
ocho a pesar de la oposición de sus padres.
"Al
principio mis padres no me dejaban ir a la iglesia, pero al final me han
aceptado como católica", relata a Efe esta joven, que voló a Corea del Sur
desde Ulán Bator junto a decenas de compañeros vestidos con camisetas azules y
banderas de Mongolia "por una sola razón, ver a Francisco".
Y es
que el Pontífice despierta auténticas pasiones entre los jóvenes
católicos de Asia, como es el caso del malasio Kevin, de 29 años, que
no duda en calificar a Jorge Mario Bergoglio como "mi ídolo" ya que,
asegura, "con su sencillez y humildad se ha ganado el corazón de millones
de personas".
Por
su parte, el filipino Juno de 22 años lo describe como "un líder
carismático que ama a la juventud y busca a la gente", mientras su
compatriota María, de 22, destaca su "sencillez".
Algunos
otros expresaban motivaciones mucho más insólitas, como es el caso de la
estudiante taiwanesa Sheng, de 20 años, que confiesa ser "toda una
futbolera, y este Papa es un fan del fútbol como yo, por eso me encanta".
En
el evento de hoy, de hecho, se pudo ver a un grupo de jóvenes coreanas vestidas
con la camiseta de la selección argentina, a la espalda el número 5 y el nombre
"FRANCISCO" estampado en la parte superior del dorsal.
Unos
450 voluntarios se encargaron de que no fallara ni un detalle en la gran carpa
donde se desplegaron actuaciones musicales, de teatro y monólogos de jóvenes de
toda Asia en varios idiomas bajo la mirada de Bergoglio, al que los intérpretes
besaron la mano tras cada espectáculo.
Después,
Francisco se dirigió en inglés y en italiano a los participantes, que
respondieron a su tono cercano y animado con sonoras
ovaciones.
"Viva
el Papa, viva el Papa" fue el cántico espontáneo más escuchado a lo largo
de la jornada por parte de los jóvenes, que con abanicos y gorras hicieron más
llevaderos los más de 30 grados de esta tarde soleada.
"Él
es maravilloso, hemos anhelado este momento durante tanto tiempo que no podemos
esperar más para verle", comenta Clara, de 26 años, que viajó a Seúl desde
Hong Kong para participar en el encuentro de los jóvenes asiáticos.
Se
trata de la primera vez que un Papa acude a la JJA en sus 15 años de
existencia, por lo que esta edición es, según describe el sacerdote de 37 años
Pho Saw venido de Myanmar, "muy especial para todos los católicos de
Asia", que suman algo menos de 140 millones.
La
JJA, el equivalente asiático de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), tuvo
su primera edición en 1999 en Hua Hin, Tailandia, y busca conectar a los
jóvenes católicos del continente más poblado del mundo.
Esta
fiesta de la juventud católica de Asia tocará a su fin el domingo con una misa
de clausura ofrecida por el Pontífice en la Fortaleza de Haemieupseong, un
espacio histórico junto al Santuario de los Mártires de Haemi en la localidad
de Seosan, 150 kilómetros al suroeste de Seúl.
Tomado de http://www.lainformacion.com/
Los
países que tratan de vivir sin valores
terminan
por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.