Chávez, el matón del barrio

NUESTRO VECINO DEL NORTE

Las noticias de lo que sucede en Bolivia no pueden dejar de desalentar a nadie, la situación de choque político, al que se quiere dar un barniz socio-cultural, son evidentes, no puede conducir a nada bueno.

El Gobierno de Evo Morales, dirigente de los productores de coca, ha sido inflexible en el intento por modificar la Constitución de manera de poder mantenerse en el poder de manera indefinida.

Por otro lado, sin el más mínimo tacto político, ha cometido todo tipo de errores, hasta de urbanidad cívica, lo que ha provocado duras reacciones de las provincias más ricas, que han pedido autonomía administrativa.

Nuestros temores, que creemos bastante fundados, es que la circunstancias conducen a nuestros hermanos del altiplano a una seria conflagración civil, fomentada desde Venezuela por Chávez que ve en Morales a su fiel seguidor.

Ya se escuchan hasta voces independistas ante la negativa de proporcionarle a las provincias autonomía administrativa y financiera ya se escuchan voces que hablan de independencia, lo que sin duda terminaría con el país.

Al igual que el Gobierno venezolano, Morales, se ha dedicado a un ocioso enfrentamiento con los Estados Unidos y a denunciar complots contra su administración y posibles ataque contra su vida.

Hasta aquí, complicado, pero un problema netamente interno cuya solución solo atañe a los bolivianos, de quienes esperamos, tengan la suficiente tranquilidad y seriedad para resolver pacíficamente la explosiva situación.

Pero, la incontinencia verbal de Chávez cambia el cariz al asunto, pues sentándose en la autodeterminación del pueblo boliviano, anunció, que si su amigo Morales era derrocado, el consideraría tener luz verde para intervenir.

Las palabras del tirano venezolano no pueden dejar de intranquilizar a nadie, pues él, con el poder que le da haberse armado hasta los dientes, ha notificado a America que tiene derecho a intervenir en cualesquier país.

Actitudes como las comentadas, que son como tratar de apagar un incendio con gasolina, desprestigian la presunta oposición al Imperialismo de que se jacta Chávez y pone en riesgo la tranquilidad del continente.

Con el tono permanente de confrontación que usa el tirano y el arsenal de armamentos con que se ha provisto a costa del sufrimiento de su pueblo, sin duda Chávez se ha transformado en el matón del barrio.

Los países que tratan de vivir sin valores

terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.