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Izando el Pabelleón Nacional
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CEREMONIA DEL RECUERDO
Varios centenares de chilenos se dieron cita en una plaza pública de Santiago para conmemorar el 11 de Septiembre de 1973, para recordar a las víctimas del terrorismo y para apoyar a los presos políticos que se encuentran injustamente encerrados en las mazmorras oficialistas.
El Abogado Carlos Portales se dirigió al público para explicar como se aplicaban leyes no vigentes en Chile contra los condenados, la manera arbitraria en que se sopesaban las presuntas pruebas, la descarada manipulación de los procesos y la evidente prevaricación de los Jueces.
En el acto fue homenajeada la autora de la Marcha Soldados del 73, Srta. Rosabella Liniers, la que se dirigió a los asistentes emotivamente explicando que su creación había sido una inspiración divina ante la impotencia que le producía ver las monstruosas injusticias que se cometían.
Fue una ceremonia hermosa, aunque no contara con una asistencia mayor, que sin duda hace mirar con optimismo el futuro, pues a pesar del dolor que todos demostraban por las inequidades que se cometen, queda demostrado que aún existen reservas morales en nuestra Patria para evitar la repetición de desastres.
La gente mostró un fervor patriótico impresionante, sin resentimientos, sin odios ni rencores llamaron al país a reaccionar contra las barbaries que se están cometiendo, en la seguridad de que los atropellos que hoy se cometen, tarde o temprano se volverán contra toda la ciudadanía.
No éramos muchos, pero sin duda estaba lo más granado de la sociedad chilena, desde los más humildes a los más empingorotados, no faltando, incluso varios candidatos a Concejales, que dejando de lados las posturas ambiguas de sus partidos, participaron de esta manifestación.
Creemos necesario llamar a nuestros amigos a no desalentarse, la próxima vez seremos más, nunca debemos olvidar que los grandes movimientos comienzan con verdaderos rumores, casi inaudibles, pero que la voluntad y la fortaleza moral transforman en incontenibles.
Los países que tratan de vivir sin valores
terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.
