El emplazamiento del prelado nos llama a recuperar la verdad, a dar mejor de sí para aliviar la enfermedad, la pobreza, la ignorancia, la soledad, la falta de vivienda, y a construir confianzas que posibiliten el diálogo y la paz.
La verdad tiene que ser completa, no es posible que a algunos se les pida verdaderos “test” de blancura, mientras otros, que los inquisidores eran quienes intentaban imponernos sus ideas por medio del terrorismo y los bombazos.
Las verdades a medias han significado tremendas derrotas frente a la anti-Patria y la maldad, no podemos caer nuevamente en las redes de estos inescrupulosos falsificadores de la realidad.
Creemos, como corolario de estas letras, que es necesario recordar aquel adagio que advierte que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones de los que han actuado con ingenuidad.
Los países que tratan de vivir sin valores terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.
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