Reflexiones sobre un asesinato y nuestro basta ya.

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Foto tomada de Canal 13 de TV

NUESTRO BASTA YA.

El país ya está cansado y le resulta difícil aguantar, aceptar, tanta injusticia. De muy poco sirven las visitas de la Presidente Michelle Bachelet y sus Ministros, sequito bastante poco importante, a los hospitales donde se encuentran las victimas o a entregar pésames, lamentando lo ocurrido.

Las palabras del oficialismo, encabezado por la mismísima Mandatario, ofreciendo “mano dura” nos parecen solo palabras al viento, pues hemos visto, en estos casi 18 años, como ellos mismos han fomentado las odiosidades y han fungido como promotores de esta violencia.

Pensamos que ya es hora de terminar con la siniestra “caza de brujas” a las que se somete a los Uniformados que combatieron a la subversión, con la cual se mantiene a decenas de ellos en las mazmorras gubernamentales y sobre cientos pende, como espada de Damocles, la amenaza de la persecución.

Los que se encontraban en la vereda del frente, es decir quienes cobardemente utilizaban el terrorismo, se encuentran libres, incluso ocupando cargos oficiales, recibiendo, además, cuantiosas compensaciones económicas, reconocimientos oficiales. La historia esta siendo vilmente falsificada.

Ante el demencial asesinato del Cabo Cristián Vera Contreras, de Carabineros, nos preguntamos quien compensa a la familia de este nuevo mártir, quien se preocupará de su acongojada viuda y de sus cinco hijos, varios de ellos muy pequeños. Los restos del héroe fueron sepultados con honores en Lebu.

Nosotros quisiéramos que nunca se hubiese realizado este funeral, aunque estamos ciertos que mentes extraviadas, al constatar la persecución, venganza e injusticia que se usa contra los uniformados, por parte del Estado, ven justificada su anormal búsqueda de la venganza propia.

Nos preguntamos que pasa por la mente de estos “salvadores” del pueblo, que no dudan en matar a un humilde servidor público, cuyo único pecado resulta ser el compromiso con la defensa de la tranquilidad de sus compatriotas y la defensa de la seguridad de la ciudadanía.

Los chilenos, sin duda alguna, queremos que por fin lleguemos a la reconciliación nacional, pero para ello es indispensable deponer los odios irracionales y terminar con las absurdas venganzas, fomentadas desde el Gobierno, que solo conducen a llenar de dolor a la familia que forma nuestro pueblo.

Mantener estas situaciones nos puede llevar a reeditar situaciones de enfrentamiento que nadie puede querer, porque nos dividen innecesariamente, a la vez que son un freno, aunque sea invisible, para el desarrollo nacional.

Nuestros Militares y defensores de Orden han demostrado una admirable paciencia, ante los atropellos y las injusticias, que creemos tarde o temprano se agotará. Esperamos que terminen las provocaciones, pues despertar al León dormido puede traer consecuencias funestas.

Chile requiere menos palabrería sensiblera y más acciones reales, de otra manera nos arriesgamos a pagar nuevamente la cuenta por la farra que se pegan unos pocos, sin siquiera invitarnos. Basta de odios y engaños. Basta de predicas divisionistas y de mensajes equívocos.