Algo huele mal en América latina,
por Jorge P. Mones Ruiz (*)
Un hedor caribeño autoritario, militarista y antidemocrático se esparce por varios países de nuestro continente, haciendo peligrar las instituciones republicanas en pos de “nuevos tipos de democracias”, a partir de reformas constitucionales que permitan a ciertos caudillejos mantenerse “per seculam” en el poder, al mejor estilo “fidelista”.
Los nuevos dictadores “democráticos” aseguran su estabilidad y permanencia en el mismo una vez que consiguen, a partir de “urnas mágicas y periódicas” (con fraude incluido), las reelecciones indefinidas.
Curioso socialismo éste del siglo XXI. Un progresismo falso que no logra sacar a los pueblos de nuestra América de la pobreza, la falta de educación y de salud, de la inseguridad, y proporcionarles el grado de crecimiento y desarrollo que merecen. Renegando de las más caras tradiciones históricas y de las verdaderas raíces de las identidades nacionales, son varios los países considerados que van camino a ser estados anómicos o fallidos.
En Argentina la sociedad dijo NO al proyecto hegemónico kirchnerista. Pero, ¿intentará igualmente, Cristina y su consorte, profundizar su modelo? ¿Cómo y con quiénes lo hará? ¿Acaso Chávez prodigará sus consejos y recursos como suele hacer en otros lados?
En Honduras, sus instituciones democráticas parecen querer resistir a esta “onda tropical” que amenaza la soberanía y autonomía de los países y sus sistemas democráticos, y que la OEA no tiene en cuenta. Su Secretario General, Insulza, se yergue como el principal vocero del comandante Chávez, y el supuesto “golpe de estado militar” en este país, corre el riesgo de transformarse en la consolidación de la maniobra bolivariana en este estado centroamericano, con militares venezolanos incluidos en su territorio.
Una onda expansiva indigenista, auspiciada por Evo, Correa y Chávez, también se hizo sentir en Baguá en la República de Perú. Fuerzas endógenas y exógenas parecieran procurar instalar una especie de balcanización en la región (y más allá del territorio peruano), y cualquier pretexto es bueno.
Ya le llegará el turno a Chile y Argentina con la cuestión “Mapuche”, denominación ésta de un pueblo que nunca fue originario ni mencionado como tal en ningún texto, documento o escrito del siglo XIX o anteriores.
Mientras tanto, desde la Masacre de Pando (septiembre de 2008) en Bolivia auspiciada por el gobierno de Evo Morales hasta la noticia del inventado complot para asesinarlo (abril de 2009), el falso aymara militarizó dos prefecturas autonómicas: Pando y Santa Cruz de la Sierra, so pretexto de los hechos mencionados. Todo vale para imponer al socialismo siglo XXI, aún abusando de ritos democráticos para imponer sus proyectos autoritarios.
El año que viene se cumplen doscientos años de los primeros gritos libertarios. Serán pues las sociedades patrióticas, defensoras de sus propias estirpes históricas, las que permitirán que el eco de aquellos gritos sigan resonando a lo largo y ancho de nuestro continente, y no sean acallados por el resentimiento colectivista y corrupto de los que, malversando la democracia, se encaramaron en el poder, aún legítimamente, pero para no abandonarlo jamás.
No somos pasto de tiranos. Que el ejemplo de nuestros verdaderos próceres sea la guía para que volvamos ”a ser” lo que nunca debimos dejar de haber sido.
(*) Delegado de UnoAmérica en Argentina
Los países que tratan de vivir sin valores
terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.
