Ya realizado el “sorteo” para establecer la precedencia de los pactos y candidatos en la cedula electoral es importante tener en cuenta que las listas signadas con las letras “C”, de corrupción, “D”, de demagogia, y “F”, de fracaso, ocultan al nefasto oficialismo.
Votar por cualquiera de estos “pactos” electorales es convertirse en cómplices de un Gobierno que ha engañado al pueblo, que ha exterminado a las clases medias y ha sometido a los más humildes a la más horrorosa de las miserias.
Han creado una cultura de corrupción, nos han empobrecido con la falta de trabajo y con una inflación desatada, han destruido a las pequeñas y medianas empresas, han botado la plata de los chilenos, se han farreado una oportunidad única de hacer un gobiernazo.
Moralmente han podrido al país al borrar hasta los vestigios valóricos de los que los chilenos podíamos sentirnos plenamente orgullosos y, como si fuera poco, ahora pretenden terminar su obra de demolición acarreando al fango a nuestros héroes nacionales.
Cuándo votes, piensa en nuestros viejos, en las generaciones nuevas, en la mala educación, en una salud que da vergüenza, en la falange de chilenos sin pega o en los millones de compatriotas que escasamente logran mitigar el hambre.
No olvides tampoco la permanente escandalera que han provocado con sus manejos financieros, algunos le han puesto ruedas al país, han degradado la vida con el vil asesinato de los que están por nacer y las costumbres las han emporcado.
Votar por cualquiera de estos “pactos” electorales es convertirse en cómplices de un Gobierno que ha engañado al pueblo, que ha exterminado a las clases medias y ha sometido a los más humildes a la más horrorosa de las miserias.
Han creado una cultura de corrupción, nos han empobrecido con la falta de trabajo y con una inflación desatada, han destruido a las pequeñas y medianas empresas, han botado la plata de los chilenos, se han farreado una oportunidad única de hacer un gobiernazo.
Moralmente han podrido al país al borrar hasta los vestigios valóricos de los que los chilenos podíamos sentirnos plenamente orgullosos y, como si fuera poco, ahora pretenden terminar su obra de demolición acarreando al fango a nuestros héroes nacionales.
Cuándo votes, piensa en nuestros viejos, en las generaciones nuevas, en la mala educación, en una salud que da vergüenza, en la falange de chilenos sin pega o en los millones de compatriotas que escasamente logran mitigar el hambre.
No olvides tampoco la permanente escandalera que han provocado con sus manejos financieros, algunos le han puesto ruedas al país, han degradado la vida con el vil asesinato de los que están por nacer y las costumbres las han emporcado.
Los países que tratan de vivir sin valores
terminan por desvalorizar la vida de sus ciudadanos.
