Mentid, mentid, que algo queda.

Ver a un izquierdista tratando de torcer la realidad no es algo extraño, como tampoco es raro ver a un gobernante marxista tratando de “acomodar” las situaciones para defender a aquellos que son sus sempiternos aliados, el terrorismo y la lucha irregular, que ellos fomentan para controlar nuestros países.

Es por eso que no nos han extrañado las actitudes de Rafael Correa, Presidente de Ecuador, ni de Hugo Chávez, tirano venezolano, tratando de explicar “convenientemente” lo sucedido en la frontera colombiano-ecuatoriana, donde, desde
territorio de Ecuador tropas colombianas fueron atacadas.

Correa dice que su soberanía ha sido mancillada, pero claro, se abstiene de opinar sobre las unidades de las FARC que utilizan su territorio para amagar al gobierno constitucional del Presidente Uribe. Chávez por su lado, permanente aliado de la guerrilla, dice que de suceder en su frontera sería la guerra.

Este par de aprendices de gobernantes, cuya esfinge adorada es la del chacal caribeño Fidel Castro, creen que pueden engañar a todos durante todo el tiempo, sin que nadie se percate del asqueroso juego de utilizar a las narcoguerrillas o a terroristas para conseguir sus nefastos fines de poder.

Es cierto que Colombia, gobernada por Uribe, no cuenta precisamente con una buena mirada continental por ser apoyada por el gobierno norteamericano de Bush, pero, eso no es contradictorio a combatir, también, a las fuerzas totalitarias que encarna el chavo-castrismo que amenaza al continente.

Es cierto, los Estados Unidos comandados por Bush actúan como un imperio todo poderoso al que solo le interesa su bienestar, lo que no obsta con que hay que constatar que el “bolivarianismo” tras el que se trata de ocultar el marxismo es un peligro inminente para nuestra América.

Desde esta tribuna modesta, y siendo brutalmente enemigos del actuar del Gobierno de los Estados Unidos, no podemos sino felicitar al gobierno de Colombia, en especial a su Presidente, Alvaro Uribe, por el valor de continuar la lucha y por la fortaleza de no entregar el país a manos del extremismo.

Sin duda algunos le achacarán al presidente colombiano haber actuado con excesivo rigor y hasta de haber cometiendo crímenes, lo que no es raro, con el paso del tiempo y el engaño permanente logran transformar a los victimarios en victimas, a la vez que literalmente fusilan mediaticamente a aquellos que han tenido la osadía de oponérseles.


Los Castro, Fidel y Raúl, los Correa, los Chávez, los Evo Morales, los Daniel Ortega, los “Lula” da Silva , los Kirchner, gobernantes o primeros damos, las Bachelet, entre muchos otros con presente y/o pasado terrorista, implican un riego inmenso para nuestra comunidades cristianas y occidentales.

Venezuela, la de Chávez, y Ecuador, el de Correa, retiran sus embajadores de Colombia, mientras las fuerzas armadas venezolanas movilizan 10 batallones a la frontera, en lo que se podría calificar de inicios de una escalada bélica que pretende impedir que Colombia se pueda defender de la agresión que usa a sus vecinos como escondrijo.